domingo, 15 de septiembre de 2013

De cómo Gabo no pudo hablarle a Hemingway en París

 
 
 
Gabriel García Márquez y Hemingway en París*
 
En 1955 el diario colombiano El Espectador envía a García Márquez a Europa como corresponsal. El Premio Nobel de Literatura permanecerá en Europa durante cuatro años alternando en varias ciudades, primero Ginebra, luego Roma y, finalmente, París. Cuando se instaló en la capital de Francia recibió la noticia que su periódico había sido clausurado al tiempo que se le ordenaba regresar a Colombia. Sin embargo, Gabo tomó una decisión crucial en su vida y es permanecer en la capital del Sena donde escribió en 1961 La mala hora y una de sus novelas cumbres, El coronel no tiene quien le escriba, aparecida en 1958.
  Paseando un día por la ciudad Gabo reconoció en la otra acera a Hemingway. Por miedo a hacer el ridículo con su pobre inglés le gritó al autor de Por quién doblan las campanas:
–¡Maestro!
Hemingway siguió su camino y aunque no conocía a García Márquez, sobre la marcha le espetó:
–¡Adiós, amigoooooooo!
 
 
 
(Fernández Zaurín, Luis. "De cuando Vargas Llosa noqueó a Gabo". Editorial Styria. Barcelona. 2009. p. 194.)

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