Hay que leer a O’Henry. Hay que rescatarlo y ponerlo en nuestra memoria. Sus historias tienen como fuente única la vivencia y el eterno amor y esperanza por la humanidad. Todo puede hacerse realidad en sus cuentos: un mendigo que se vuelve millonario, un tacaño que entrega su dinero con tal de descubrir la pasión, dos esposos que encuentran en su miseria el verdadero significado del amor... Hay que leer a O’Henry porque en las historias que cuenta los protagonistas somos nosotros y nuestras ansias de encontrar la felicidad. Como él mismo solía decir: “Por más que se traten de millones, cada habitante de una ciudad tiene una historia digna de ser contada”.